martes, 14 de abril de 2015

Un reencuentro



Hoy he regresado al Borne. Hacía meses que no paseaba por esta parte de la ciudad y sé por qué. No quería encontrarme con Óscar ni con nada que me recordara a él. Sin embargo no he podido resistir la tentación de aferrarme solo un poco a mi pasado más reciente. Después de caminar durante más de una hora por el barrio y dejándome sorprender de nuevo por su belleza me he detenido frente a un café librería. Si. Ese. He mirado el escaparate tal y como lo hice aquella calurosa tarde del pasado verano. Me he vuelto a quedar fascinada por la perfecta combinación de cultura y ocio que emana el lugar. Mi mente me ha dicho que diera media vuelta y siguiera paseando. El corazón me ha gritado todo lo contrario. De modo que me he armado de valor y he empujado la puerta con suavidad.


Un dulce aroma de canela y limón me ha envuelto por completo nada más entrar. Toda la piel de mi cuerpo se ha erizado y enseguida mis ojos han empezado a buscar desesperados. Sé que no es posible. Óscar no está aquí pero entonces, ¿por qué le huelo como si estuviera a punto de abrazarme por la espalda? Me doy la vuelta con el corazón desbocado. Frente a mí encuentro a la chica rubia perfecta. Recuerdo cómo le besó la última vez que estuve aquí y entonces todo regresa a mi mente. Es ella quien desprende su aroma. Es a ella a quien ha estado abrazando mientras que yo trataba de aclarar el tremendo follón en el que se ha convertido mi vida. La observo pero no soy capaz de articular palabra. Solo me pregunto por qué él, por qué yo, por qué todo. 

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